Restos de cuatro migrantes fueron repatriados esta semana

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El joven oriundo de la comunidad de Sulupali Grande recibió sepultura a cuatro meses de su deceso, en la frontera de Estados Unidos.

En febrero de 2020, Dennys Coronel, un joven deportista del cantón Santa Isabel, en la provincia del Azuay viajó a Estados Unidos de manera ilegal. En su travesía el vehículo que lo transportaba junto a otros migrantes sufrió un accidente poco después de cruzar la frontera. El percance le costó la vida al joven chabelo. Hoy sus restos, luego de cuatro meses de espera, podrán recibir sepultura en su lugar natal.

Al igual que Dennys, otros tres jóvenes ecuatorianos que perecieron en distintas situaciones durante su paso por la fontera entre México y Estados Unidos fueron repatriados esta semana, tras haberse superado los trámites de rigor y el levantamiento de las restricciones de vuelos internacionales por la pandemia del Covid-19.

En Javín, provincia de Cañar, los familiares de Darwin Soliz recibieron sus restos el pasado 7 de julio. El joven vio truncado el sueño americano y el anhelo de su familia ni bien pisó suelo norteameriano, en enero de 2020. Los reportes de las autoridades señalaron que el vehículo en el que viajaba Soliz, junto a otros tres connacionales se accidentó en la frontera. Sus acompañantes sobrevivieron.

Pero otros compatriotas tuvieron que esperar más tiempo para poder recuperar los cadáveres de sus familiares. Es el caso de Eduardo Poalacín, quien salió de Ambato en septiembre de 2019 y estuvo desaparecido hasta diciembre de ese año, cuando su cuerpo fue encontrado en la frontera. Tras los análisis periciales se determinó su identidad.

Similar suerte corrio Érika Zhunio, de Chordeleg. Ella viajó al país del norte de julio de 2019 y al no tener noticias suyas, su familia reportó su desaparición a fines de ese mes. En agosto sus restos fueron localizados en la frontera; sin embargo, el reconocimiento de su identidad tomó más tiempo hasta que finalmente fue repatriada.